La crianza de los hijos es un viaje fascinante en el que cada fase del desarrollo infantil presenta desafíos nuevos y únicos para los padres. En nuestra sociedad de ritmo acelerado, a veces se experimentan momentos de abrumación y surge una mayor necesidad de apoyo. Es precisamente en este punto donde el asesoramiento sistémico entra en juego, ya que ayuda a los padres a obtener una comprensión más profunda de las dinámicas familiares, desarrollar nuevas perspectivas y elaborar soluciones constructivas para cuestiones relacionadas con la crianza.
El asesoramiento sistémico es un enfoque psicoterapéutico que se concentra en las interacciones y relaciones entre las personas.
Se basa en la premisa de que los problemas y desafíos nunca ocurren de manera aislada, sino que están conectados con otras personas y sistemas sociales (familia, escuela, trabajo, asociación).
El objetivo principal del asesoramiento sistémico es abrir al cliente nuevas perspectivas y, de esta manera, ampliar sus posibilidades de actuar con respecto a los desafíos existentes. También puede entenderse como una ayuda para la autoayuda.
El cliente y la orientadora trabajan de igual a igual. La sesión se basa en una estructura de colaboración y trabajo en equipo.
El asesoramiento sistémico no solamente tiene en consideración el comportamiento individual, sino también las dinámicas y patrones dentro de los diferentes sistemas sociales. El comportamiento problemático (como por ejemplo la agresión) es considerado como un síntoma de unos problemas más profundos, los cuales deben ser explorados.
El enfoque está en la búsqueda de soluciones así como posibles recursos y puntos fuertes, lo que fomenta cambios positivos y duraderos. El cliente está muy involucrado en el proceso de búsqueda de soluciones.
El asesoramiento sistémico ayuda a fortalecer las relaciones familiares e interpersonales y promueve una comunicación y resolución de conflictos más efectiva.
El asesoramiento sistémico analiza y modifica las dinámicas en las relación y los patrones de comunicación que existen en la familia. De este modo las soluciones encontradas suelen ser más duraderas que con la terapia individual.
Este enfoque tiene en cuenta que los problemas que surgen del ámbito familiar y/o cambios en una parte del sistema, a menudo tienen un impacto en toda la familia.
El cliente recibe en las sesiones de orientación únicamente la ayuda que pueda necesitar para así poder encontrar sus propias soluciones. La implicación activa y responsable por parte del cliente le lleva a resultados más duraderas en un futuro.
El cliente trabaja junto con la orientadora en estrategias para encontrar pasos de solución, poniendo especial énfasis en el fomento de los recursos disponibles. ¿Qué cosas ya está funcionando bien? ¿Cuáles son los puntos fuerte y las habilidades disponibles?
Toma de primer contacto en persona y conocerse, creando un ambiente agradable y de confianza.
La orientadora pregunta sobre la preocupación del cliente y explora el contexto social, familiar, escolar o laboral relacionado. Se fija los objetivos y una tarea de trabajo.
La orientadora emplea “preguntas abiertas” para así comprender mejor la situación, y analiza las dinámicas de relación.
La orientadora se centra en aspectos específicos y utiliza técnicas de preguntas sistémicas con el fin de cambiar la perspectiva del problema.
Junto con el cliente se desarrolla posibles estrategias y caminos de solución para lograr los resultados deseados. El uso de los recursos disponibles es fundamental.
Transcurridos unos días, la orientadora se pone en contacto con el cliente para conocer su opinión y la experiencia después de haber puesto en práctica los métodos aprendidos en la sesión.
Katja
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